Títulos académicos: ¿Necesarios para triunfar en el mercado laboral?
El modelo educativo ha sufrido una metamorfosis para adaptarse a las nuevas exigencias. Esto nos lleva a plantearnos el futuro de los títulos académicos.
El modelo educativo ha sufrido una metamorfosis para adaptarse a las nuevas exigencias. Esto nos lleva a plantearnos el futuro de los títulos académicos.
Mucho se habla sobre la necesidad de tener jefes y líderes dentro de las organizaciones. Sin embargo, aunque ambos conceptos pudieran confundirse, no siempre convergen en una misma persona. El liderazgo va más allá de la simple gestión laboral.
No se puede discutir sobre el hecho de que tanto los líderes como jefes tienen un objetivo común muy claro: ambos desean lo mejor para su equipo y la empresa para la cual laboran. La diferencia radica en el cómo afrontan los obstáculos y trabajan para lograr esa misma meta.
Cuando a una persona le asignan el puesto de jefe o gerente le están otorgando también la autoridad que viene con el cargo. Los empleados escuchan y deben seguir al jefe simplemente porque es la persona al mando y la que está designada para dar las órdenes, no necesariamente porque los motivan.
Estos directores impuestos están claros de sus funciones y eso también tiene un gran valor. No es tarea fácil planificar y orientar a un equipo. Deben tener un gran nivel de compromiso y responsabilidad para la toma de decisiones, lo que requiere mucha preparación y determinación.
Muchas veces los empleados pueden no estar de acuerdo con las iniciativas de sus superiores, pero se debe confiar en que si están en ese puesto es porque tienen las cualidades para desempeñarse correctamente y ser la cabeza que los guíe hacia el logro de los objetivos de manera eficiente.
La figura de jefe suele estar ligada a una persona fría que intenta cumplir con su trabajo usando y moviendo las fichas (empleados) para alcanzar las metas trazadas. Por lo general, se imponen de una manera autoritaria y dominante, aunque eso signifique generar desconfianza, distanciamiento y hasta temor en el equipo.
Pareciera que cuando se es jefe lo importante es cumplir con determinado proyecto, prestando más atención a los resultados que al proceso. Cumplir con el trabajo porque para eso le pagan. No importa mucho si lo que se está haciendo es innovador o representa un gran avance para la empresa.
Claro que un jefe también puede ser una gran líder, pero no necesariamente un líder tiene que ser el jefe. Este segundo concepto habla de un puesto más integral dentro de la empresa. No siempre se lleva el crédito de los logros, pero definitivamente es parte importante de los resultados.
Un líder es esa figura que motiva, trabaja en equipo y se gana la confianza de sus compañeros. Nada es forzado, simplemente fluyen las dinámicas laborales.
La visión de un líder se expresa de manera orgánica, sin imposiciones ni necesidad de abusar del recurso de la autoridad. Los empleados y compañeros lo escuchan porque lo que dice los motiva desde la empatía y la confianza.
Además, un líder está abierto a las opiniones de los otros. Sin egocentrismos, tomará el mejor camino, aunque las ideas sean de otro y no de él. Asimismo, compartirá los éxitos con el equipo y también asumirá las responsabilidades en caso de errores.
El líder no se queda a ver los problemas y buscar culpables. Su idea principal es generar soluciones e incentivar al equipo para que juntos salgan adelante con paciencia y motivación.
Queda claro que el líder tiene una posición de director que todos deciden seguir porque tiene una batuta natural. Sin embargo, en la práctica, es uno más del equipo. Se pone al mismo nivel que los demás y trabaja en conjunto para alcanzar los objetivos comunes, pero preocupándose también por la superación y el crecimiento individual de sus compañeros.
Lo principal, se tenga el cargo de jefe o no, es aprender a liderar más allá de solo mandar porque se tiene cierta autoridad.
La comunicación es parte fundamental. Tanto para expresar ideas como para recibirlas. Comunicar desde la humildad y la empatía generará la cercanía y confianza necesarias para que el equipo alcance sus propósitos.
El líder confía en su equipo. Tiene la tranquilidad de delegar y no tener que preocuparse si los demás cumplirán con su parte del trabajo. Los empleados no solo confían en el líder, sino que también sienten que el líder confía en ellos y en su desempeño dentro de la organización.
Aunque se trata de un ambiente laboral, no se debe olvidar que hablamos de seres humanos, no meros elementos que cumplen con un trabajo. El buen manejo de la inteligencia emocional viene a jugar un papel primordial para cualquier persona que aspire a convertirse en líder.
Comprender a los demás desde la empatía, entendiendo que más allá de todo, detrás de cada empleado hay una persona que enfrenta sus propias dificultades, que por más profesionales que sean, esos días malos o buenos van a repercutir en su rendimiento.
En definitiva, la productividad de un equipo está fuertemente ligada a la capacidad de los jefes de gestionar eficientemente, aunque si se le agrega el factor del liderazgo a la fórmula, con la inspiración, motivación y pasión que eso implica, los resultados serán mucho más favorables.
La capacitación como la herramienta más grande de performance y retención de talento.
Soy una apasionada del desarrollo de personal, de la gestión de equipos, del reclutamiento y capacitación de personal, y justamente por eso es que entiendo que es un gran reto para todos los líderes de equipos en las agencias de turismo educativo el generar una óptima captación y retención de talento.