A partir de la ola que ha traído la Cuarta Revolución Industrial, con sus procesos de digitalización y automatización que implican cambios en la estructura laboral, el modelo educativo también ha tenido que sufrir una metamorfosis para adaptarse a estas nuevas exigencias. Esto nos lleva a plantearnos el futuro de los títulos académicos.
En países como Canadá y Australia ya están varios pasos adelante en cuanto a este asunto. Desafortunadamente, en Latinoamérica la realidad es otra.
La importancia de los títulos académicos en Latinoamérica
Bien sea por un tema cultural, de costumbres, resistencia al cambio o de comodismo, en Latinoamérica crecemos escuchando un casete que se repite en la gran mayoría de nuestros hogares: Después de la preparatoria o bachillerato debes ir a la universidad a obtener títulos académicos para que encuentres un buen trabajo y si quieres que te paguen mejor debes hacer una especialización, maestría o hasta doctorado.
Pero, ¿qué tan cierto es esto? Hay miles de personas allá afuera que no tienen estudios universitarios y les va mucho mejor que quienes tienen títulos académicos.
La realidad es que la educación en Latinoamérica todavía no se ha logrado adaptar a las necesidades del mercado laboral a nivel mundial. Aunque existan muchos profesionistas titulados, no garantiza que todos encuentren trabajo en su área de experticia, pues las estadísticas indican que los niveles de desempleo siguen siendo muy altos.
Apostar por las habilidades prácticas
Es un hecho que la manera en la que nos preparamos para afrontar retos laborales tiene que cambiar. Ya no es suficiente ser experto en la teoría y al salir de las aulas no saber cómo aplicarla.
Las empresas lo tienen claro a la hora de contratar a su capital humano: es más valioso un currículum de una persona con experiencia que sepa ofrecer soluciones en comparación al de una con muchos estudios que no sepa cómo actuar ante un conflicto real.
Si bien es cierto que la educación es parte fundamental para el desarrollo de cualquier individuo, no lo es todo. Sumar herramientas prácticas para su posterior desenvolvimiento laboral también debe ser considerado como un factor importante de la ecuación.
Entonces, ¿por qué no optar por alternativas educacionales que combinen la teoría y la práctica para desarrollar profesionales más completos?
Hablan las universidades mexicanas
A pesar de estar rezagados en la carrera de la actualización de los métodos de enseñanza, por lo menos estamos en la carrera. Los directivos de importantes universidades reconocen que hay que hacer un cambio y empiezan a plantear la manera de ejecutarlo
Hace poco el diario El Economista publicó unas declaraciones de Ignacio de la Vega, vicerrector ejecutivo de Asuntos Académicos del Tec de Monterrey, que nos hacen reflexionar: “Estoy convencido de que la educación de grado va a disminuir su presencia, su porcentaje en la sociedad, porque hay otras maneras también de formarse, capacitarse y habilitarse”.
De la Vega también considera que esta tendencia obliga a las universidades a inclinarse hacia nuevos modelos educativos, con perfiles docentes adaptados a las necesidades emergentes, optando por pedagogías y métodos más activos que coloquen las competencias en el centro de formación y se aprovechen al máximo las herramientas digitales.
En el mismo artículo de El Economista, se destaca la opinión de Luis Gutiérrez, vicerrector ejecutivo de la Universidad Tecmilenio, señalando que “la formación de profesionistas preparados para el futuro del trabajo requiere de una transición de la educación a modelos de enseñanza híbridos”.
Gutiérrez dice: “Ya se acabó el tiempo en el que el alumno tenía que ir a un salón de clases para escuchar ponencias de dos horas o tres horas de un profesor y donde lo único que hacía era hablar él y no importaba si el alumno estaba poniendo atención o interesado en la clase”
Por su parte, Luis Alberto Méndez, director de Ingeniería en Diseño de la Universidad Panamericana de Aguascalientes, considera que “el desarrollo de habilidades blandas será importante en la evolución que tendrá la educación en respuesta al futuro del trabajo”.
Oportunidades en el exterior
Los estudiantes de educación superior pueden tomar ventaja de las oportunidades que se ofrecen en el exterior. Como mencionamos anteriormente, países como Canadá y Australia tienen programas adaptados en torno a las necesidades actuales del mercado laboral.
La estructura de su sistema educativo está diseñada para preparar profesionistas integrales y la cultura de sus habitantes hace que se valoren más estos programas prácticos por sobre carreras universitarias netamente teóricas.
Los asesores de turismo educativo tienen la responsabilidad de capacitarse muy bien sobre este tema para ofrecer todas las alternativas a los estudiantes y que al final ellos se sientan seguros al tomar una decisión informada.
Parte del trabajo de las agencias es intentar cambiar el chip latinoamericano que dice que los títulos académicos lo son todo. Al conocer las bondades que ofrecen los colleges en el exterior, donde se imparten programas prácticos y se obtienen Certificados, Diplomas, Advanced Diplomas y hasta Bachelor Degree, se puede compartir esta información con la que seguramente no cuenta el estudiante y lograr ampliar su abanico de posibilidades.
Un arma muy importante a la hora de vender estos programas es informar al estudiante que, aparte de permitirles realizar sus prácticas dentro del campus, estos son diseñados en conjunto entre los colleges y las empresas donde podrían trabajar una vez egresados, lo que aumenta la posibilidad de una oportunidad laboral real y valorado a la hora de terminar los estudios.
Fernanda Viramontes, Head of Business Innovation de Educational Nomads, nos habla más sobre este tema tan interesante en el Episodio 04 de la Temporada 2 del podcast Nomads que pueden escuchar aquí.